miércoles, 5 de diciembre de 2012

121202_Torreta_pesca al rall y patos a la mar

Torreta. Se están recogiendo firmas para declararlo patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La Torre eifel del Mediterráneo le llaman algunos.   

Olas traídas con cariño desde el Cap de Begur.
Aquel día entró 0,8 y 7-8 de periodo.
Para un loooooooong torpe y desafinado.. qué más se puede pedir??   


Pesca al rall en Torreta.



El domingo amaneció el día frío, los termómetros marcaban esa mañana a penas 6 grados y entraba un viento de tierra helado. Mientras esperaba a ver si paraba el viento y aquello cogía algo de temperatura tuve tiempo de tirar unas fotos, hacía tiempo que no cogía mi cámara. Mientras veía llegar las primeras series de la mañana con olas pequeñas pero muy bien paridas, por allí pasaron dos personas que practicaban la pesca al rall. Personalmente no me atrae mucho el tema de la pesca pero es de reconocer que ésta es una técnica curiosa y buscando en internet encontré un artículo que hablaba de ella:

"Práctica de pesca artesanal muy extendida en todo el mundo, por la sencillez de medios. Sólo precisa de una red circular, de unos 5 o 6 metros de diámetro y lastrada con plomos, pericia y energía para lanzar los tres kilos y medio que pesa como un rayo, cuando se adivina la presencia de peces, para que se despliegue sobre ellos en un suspiro, atrapándolos. Pero ahí está la gran dificultad, que solo se vence a base de mucha experiencia adquirida con los años.

La temporada buena es de septiembre a noviembre, cuando migran llisas, lubinas, lecholas, marbas... y buscan la orilla para protegerse de sus depredadores. Y ahí les esperan a veces algunos hombres con su rall en la mano; antaño por necesidad, hoy por deporte, como... unos trescientos aficionados que ejercen esta actividad en la Comunitat Valenciana, con la debida licencia de la Generalitat, que favorece así la recuperación de una actividad histórica y deportiva.

 Horas y horas de feliz ejercicio de una pasión a la orilla del Mare Nostrum."

Y aquel día no estaban allí por casualidad,
se daban unas condiciones idóneas para esta práctica. En esta época se cierran las compuertas de las golas de la Albufera y los arrozales quedan hanegados por lo que se conoce por la Perellonà y esto evita el vertido de materia orgánica al mar procedente de los arrozales. A esto se le añadía un poniente que ayuda a clarificar las aguas en la orilla y provoca unas condiciones muy buenas de visibilidad para poder detectar los bancos de peces.

Aquel día compartí un baño con tres patos que descansaban en el pico a unas decenas de metros de mí. Y es que en plena época de caza en la Albufera aquellos tres Collvert prefirieron hacerse a la mar antes que acabar en una cazuela.



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