(Imagen cogida del magicseaweed, Kirra_Australia)
Hay momentos en los que llevar un tablón cerca de uno resulta un peligro.
De ser tu mejor aliado puede pasar a ser tu peor pesadilla.
Un longboard se convierte en una puerta con un cuchillo afilado clavado en "ná y menos".
La suerte está echada.
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