Cuenta la historia de un niño que nació en una familia muy rica,
por lo que cuando su madre dio a luz todo el mundo empezó a decir:
“¡qué niño más afortunado!”.
A lo que el Maestro Zen dijo: “Ya se verá”.
Un día el niño se cayó del caballo y se rompió las dos piernas.
Todo el mundo empezó a decir:
“Qué mala suerte. Qué niño más desafortunado”.
Entonces alguien preguntó al Maestro Zen
y él respondió: “Ya se verá”.
Al cabo de unos meses estalló una guerra.
El chico, como tenía las piernas rotas,
se salvó de ir a la guerra.
Entonces todo el mundo empezó a decir:
“Qué suerte. Qué niño más afortunado”.
Entonces alguien preguntó al Maestro Zen y él respondió: “Ya se verá”.
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